Buenas noches chicos y chicas, que ya llegó la primavera que estamos en Semana Santa, la ciudad preciosa y oliendo a azahar en cada esquina y hoy Domingo de Ramos. Una pena el tiempo que se nos ha presentado, poca lluvia pero con la calima lo que cae es barro, una pena. En fin algunas hermandades no han salido y de las que han salido alguna se ha tenido que volver a su templo.
Pues nada a lo que iba, que como está aquí ya la Semana Santa, hemos hecho unos pestiños, típicos dulces junto con las torrijas muy de estas fechas. La receta me la dio mi amiga Toñi que se le da muy bien la repostería, es muy antigua y la verdad es que salen riquísimos. Salieron tan buenos que todos los que los han probado quieren que les de la receta. Así que la voy a poner aquí para que todos los que quieran los hagan. Espero que os gusten, ya me contaréis!!!
INGREDIENTES:
- La cáscara de una naranja.
- 1/4 de aceite de oliva virgen extra.
- 1/4 de vino blanco.
- 1/2 kilo de harina de fuerza.
- 1/2 kilo de harina de repostería.
- Una pizca de sal.
- Un tarro de anís (matalahúva).
- 1/2 tarro de ajonjolí.
- Varios clavos.
- Miel.
- Aceite de oliva para freírlos.
* Yo los hago sobre una tabla rayada que era de la abuela de mi marido, así salen más bonitos, pero si no se tiene pues da lo mismo, sobre una superficie plana salen estupendos. Cada uno los puede hacer del tamaño que quiera, más grandes o más pequeños.
Lo primero es poner a freir el aceite con la cáscara de la naranja, tenemos que estar pendientes para que no se nos queme. Cuando esté, sacamos la naranja y lo dejamos enfriar. Mientras ponemos la harina en un recipiente que sea adecuado para trabajar la masa.
Ponemos las especias en una picadora o molinillo y las picamos. También las podemos machacar en el mortero.
Tostamos las especias en una sartén durante unos instantes, después las añadimos a la harina y removemos bien.
Una vez que el aceite esté templado, lo incorporamos a la harina y removemos. En un vaso ponemos la sal y la diluimos en el vino. Yo utilizo vino fino de Montilla, así que lo rebajo un poco con agua porque es más fuerte. Pero se puede usar el vino blanco normal.
Añadimos el vino, removemos todo bien y empezamos a amasar. La masa tiene que quedar lo suficientemente dura para que no se nos pegue a las manos y se despegue de las paredes del recipiente. Puede ser necesario poner un poco más de harina o lo contrario, añadir un poco más de líquido.
Yo aconsejo poner primero el aceite y el vino en el recipiente, añadir las especias tostadas y, luego, ir añadiendo la harina que nos admita, hasta conseguir una masa homogénea, suficientemente dura para que nos se nos pegue a las manos y se despegue de las paredes del recipiente.
Así es como tiene que quedar la masa.
Cogemos bolas de masa un poco más grandes que una canica. Las ponemos sobre la tabla engrasada previamente y, las estiramos con el rodillo, y le damos forma a los pestiños con las manos.
Los freímos en aceite bien caliente y vamos dándoles vueltas hasta que estén bien doraditos.
Los vamos poniendo en una fuente. Después ponemos la miel en un cazo ( tres partes de miel y una de agua), la ponemos al fuego hasta que empiece a hervir.
Introducimos los pestiños en la miel y los sacamos a continuación, poniéndolos en un recipiente hasta que se enfríen.
Están espectaculares!!!!!